Fui a ver “LOS PERSAS” de Calixto Bieito
No voy a comentar artísticamente el espectáculo.
No creo que tenga que perder ni un minuto de mi vida comentándolo.
Pero más allá del bodrio deseo comentar algunas cosas que, pueden dar una idea, del absurdo mundo de fingimientos en que se ha convertido nuestro teatro.
Después de la función salí comentando que la función es un fraude al consumidor. NO SON “LOS PERSAS” DE ESQUILO. Es más no hay nada que se parezca, ni en el fondo ni en la forma, a “los persas” de Esquilo. Si alguien vende una botella de aceite de girasol como aceite de oliva va a la cárcel. Si uno acude a un teatro creyendo que va a oír las palabras de uno de los grandes de la historia del teatro, de un autor que ha perdurado 26 siglos, y le ponen el texto que han escrito un catalán y uno de Miranda de Ebro. No pasa nada. Y si protestas te dices que eres rancio.
En estas estaba yo, cuando un productor teatral que circulaba por la zona me dijo: “no hombre, si lo de poner que era de Esquilo lo hicieron porque producía el Festival de Mérida. Por lo de la pasta ¿sabes?”.
Entonces: ¿el engaño al consumidor se ha hecho con dinero público?; el director de ese Festival era el cómplice o lo engañaron. Cuando se descubrió el fraude, pregunte yo, alguien pagaría el fiasco. Dimitiría el director del Festival de Mérida. Pero ¿Qué dices?. Es una versión contemporánea, dijo alguien, y añadió la frase mágica: “los clásicos no se pueden montar siempre igual, no siempre vamos a ver la misma versión clásica de los persas”. Yo, dije con un poco de vergüenza, era la primera vez que podía ver “los persas”. Pregunté a mi alrededor para cerciorarme a más de veinte personas que salían del teatro, y, ninguno, había visto nunca una versión de los persas.
Incluso le pregunté al autor de la frase si había visto tantos montajes ya de los persas que deseaba que innovara a toda costa. ¡que va¡- dijo el ideólogo de la modernidad- nunca había visto cosas de Eurípides.
Me volví hacia el productor. ¿Entonces la cosa les ha ido bien? El festival de Mérida los lanza, lo produce una de las empresas más potentes de España. Salen en el telediario. Perfecto no.
Parece ser que no del todo, dijo el productor, en el estreno unos espectadores salieron gritando: Esquilo, Esquilo, Esquilo. De las funciones se va mucha gente. La taquilla no ha ido bien. Ya ves. Hoy no había más de cincuenta personas.
Si, pensé, el problema es que eso no sale ya en el telediario. El espectáculo con la promoción hecha, con una gran productora detrás, seguirá “fracasando” por los teatros públicos que pagamos los ciudadanos, donde trabajan otros ciudadanos encargados de programar buen teatro. Gentes a los que pagamos (repito) para que tengan un criterio basado en el servicio público, no para trabajar al dictado de las grandes distribuidoras.
Los persas ha sido un fracaso de más de 150 funciones por toda España en la Red Nacional de teatros.
¿Qué será cuando les vaya bien?
Cuando Lorca dijo de una de sus obras” ¡qué maravilla de fracaso¡ no pensaba en esto desde luego.
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