¿Y si Zapatero fuera un infiltrado del “follonero”?. Hoy, por un momento, he tenido esa terrible sospecha. Hoy me he descubierto pensando en eso. Ha sido viendo el video falso de wyoming, parecía tan de verdad. Si hasta “los flechas” de intereconomia han caído. La televisión amenaza con devorar la realidad si no lo ha hecho ya. En el programa de televisión: “tengo una pregunta para usted” la gente andaba loca buscando la pregunta más original. Todos sabíamos que, al día siguiente, los telediarios elegirían una pregunta, no por su valor intelectual o por su interés para la ciudadanía, sino por su ocurrencia, originalidad, rareza, o por haber sido formulada de manera distinta. Por lo tanto nadie tenia una pregunta para Zapatero, la pregunta era para la afición. Zapatero había pasando todo el fin de semana preparando las posibles preguntas. ¿Cuál seria esta vez la pregunta del verano? Me lo imagino con sus asesores preparándose cuestiones absurdas para que no lo pillaran como con el precio del café.
Es el triunfo de la apariencia y lo que ha pasado estos días lo demuestra. Los de intereconomia no son fascistas de verdad son fascistas de pega, toscos y manipuladores, ni pizca de inteligencia solo hacen humor cuando quieren ser trascendentes . Los de la sexta les colaron el video. La sexta es una cadena donde parece han ido a parar todos los graciosos de todas las aulas del mundo. Dominan más el medio. Son ocurrentes, intrascendentes, y graciosos. Puedo pasar el resto de mis días sin ver un minuto de la sexta y deberíamos pasar el resto de nuestra vida sin sufrir a ultras
como los de intereconomia.
Todos seriamos mas felices.
Es como si siguiéramos en el instituto y hubiera que elegir entre los repeinados, ariscos y faltones fachas de clase y los pijos graciosillos del aula, siempre de marcha siempre dispuestos a hacer un chiste.
Ir por la calle con la horrible sensación de que el vecino que se desmaya, la Maruja que celebra el gordo, o el que viene gritando por “no se sabe que” pueden ser infiltrados de la sexta es un agobio.
Pensar que en cualquier momento puede aparecer un tipejo de la calaña de Pablo Carbonell y ponerte en evidencia es un perspectiva aterradora.
Tener la sensación que vives en un mundo donde nadie lee y todos andan ocupados en decir ocurrencias y en poner en evidencia al vecino es triste.
La vida con sus miserias y sus grandezas debe ser algo más que ese vodevil barato que nos quieren vender.
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