2/27/2009

carnucismo golpista


Estoy a punto de apagar la televisión. Es el reino de la intrascendencia. De repente acabo en popular televisión. Allí entrevistan al hijo de Tejero. Es sacerdote. Cuenta como su padre la mañana del golpe se fue a misa con su familia. Lo dice con toda naturalidad. No estaba muy estresado (pienso). Tranquilamente. El golpe tenía cabos sueltos por un tubo. Se jodió el autobús. Llegaron tarde al congreso. A los guardia civiles les dieron la munición cambiada. El jefe militar no apareció. Todo estaba mal preparado y el tipo dedica la mañana a irse a misa. Con la familia. Tranquilamente. Que huevos.
El hijo define a Tejero como un hombre sereno, culto y muy pacífico. Es una emisora de la conferencia episcopal. Todo el mundo esta de acuerdo y considera lo que dice el hijo es una cosa de lo más razonable. Osea que un cura y la emisora de la iglesia considera que es una cosa muy cristiana irse a misa en familia para luego engañar a doscientos subordinados, entrar pegando tiros en un congreso, secuestrar contra su voluntad a trescientos ciudadanos, desobedecer a superiores a los que ha jurado (con la mano en la Biblia) obediencia, y pegarse toda la noche amenazando y amedrentando a todo el que se le pone por delante. Curioso. Dio un golpe limpio sin matar a nadie, oigo decir. Claro. No mato a nadie porque nadie se le puso delante. Hay que reconocer que fue valiente. No lo entiendo. Entrar con doscientos guardia civiles armados y amedrentar a trescientas personas pacificas y desarmadas es sin duda un acto de valentía.
Luego comienzan las insinuaciones sobre el rey y conatos de teoría de la conspiración. Parece ser que el rey monto el golpe y luego dedico toda la noche a desmontarlo. ¿Por qué? No se explica.
Esta gente es auténtica, pienso, se creen lo que dicen. Son honrados (a su manera) y peligrosos. Son capaces de matar creyéndose impulsados por una orden divina. Van a misa no se sabe si a pedir fuerzas o perdón por anticipado. No quieren matar a nadie si no es necesario. Pero si te pones delante y les llevas la contraria quizá lo consideren necesario. Esta es la gente que sale en la cadena de los obispos, Gente diferente. Mientras tanto los otros cuentan chistes.

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