9/04/2008

carnucismo en estado puro


La enorme y hermosa Biblioteca de Alejandría fue quemada, como explica Carl Sagan en su libro Cosmos, por una muchedumbre alentada por los sermones fanáticos del arzobispo Cirilo, poco después de que él mandara asesinar a la filosófa Hipatia: ¿cómo osa una mujer pensar, debatir? La muerte de la sabia en el 415 d.C fue el presagio del fin de la gran biblioteca, y quizá de la llegada de la Edad Media misma, ese trite período de oscurantismo. Copio de Cosmos:

"Era como si toda una civilización hubiese sufrido una operación cerebral infligida por propia mano, de modo que quedaron extinguidos irrevocablemente la mayoría de sus memorias, descubrimientos, ideas y pasiones. La pérdida fue incalculable... Sabemos que de las 123 obras teatrales de Sófocles sólo sibrevivieron siete. Una de las siete es Edipo rey. Cifras similares son válidas para las obras de Esquilo, Eurípides. Es como si las únicas obras supervivientes de un hombre llamado William Shakespeare fueran Coroliano y Un Cuento de Invierno, pero supiéramos que había escrito algunas obras más, desconocidas por nosotros pero al parecer apreciadas en su época, obras tituladas Hamlet, Macbeth, Julio César, El Rey Lear, Romeo y Julieta."
Carl Sagan recuerda en su libro una frase de Teofrastato, quien vivió durante la fundación de la Biblioteca de Alejandría: la superstición es cobardía ante lo divino.

Pero el odio a los libros, y la idea de convertir la creencia privada en política pública continúa. Sarah Palin, la candidata a vicepresidente de McCain, quiso censurar libros de la biblioteca municipal de la ciudad que gobernaba cuando fue alcaldesa en Alaska, y como amenazó con despedir a la bibliotecaria por no apoyarla.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sí...

Anónimo dijo...

Citius 64.
Hay cosas que no están bien...

Anónimo dijo...

http://citius64.blogspot.com/2008/09/regresa-el-odio-los-libros.html