Estoy eufórico. Todo ha salido tan bien. Hemos triunfado. Y en medio de todo: los voluntarios. En medio de las constructoras, distribuidoras, políticos medio pelo, comisionistas de pelo entero, escritores locales palmeros…toda una fauna de gentes que ha trincado su parte. Desde la princesa altiva a la que pesca en ruin barca (nunca mejor dicho en este caso) todos han trincado su parte. En medio de este fregado ¿qué pintan los voluntarios? ¿Qué sentido tiene esta gente? Para los organizadores del asunto queda muy bien: gracias a los voluntarios, que bien los voluntarios, sin los voluntarios esto no se podía haber hecho…Gran inyección publicitaria, mentiras piadosas para audiencia poco reflexiva. La única utilidad de esta gente es su efecto publicitario, de hecho la expo colocaba (vestidos de forma casi igual) a trabajadores de pago (o mejor de cobro) para que los susodichos voluntarios se hicieran más visibles.
Allí estaban ellos, candorosos. Un viejito de cien años les quitaba todo el protagonismo al resto. En estos casos el voluntario que los medios quieren tiene que tener alguna particularidad que (supuestamente ) dará más valor a su esfuerzo. Una minusvalía o la simple vejez añadirá un ese plus necesario ese individuo que supera las dificultades para ayudar a su ciudad. Porque la fe de los voluntarios es su ciudad, se sacrifican (con nuestra moral católica eso se ve siempre positivamente) por la expo. En el mejor de los casos son ingenuos con horario flexible.
Podrían haber elegido ser misioneros pero les falta fe y les sobra afán de protagonismo.
En cualquier caso les sobra tiempo libre, se les supone una economía relajada o por lo menos una economía donde la subsistencia inmediata esta solucionada y donde no hay demasiadas aficiones arraigadas. Bueno no es un asunto que me cause admiración
Puestos a sentir admiración la siento por los trabajadores autónomos victimas de las miles de subcontratas que la expo ha generado, por lo miembros de algunos espectáculos que han trabajado en el primer mundo con sueldos de su país de origen, con todos los que voluntariamente han acudido a trabajar en la expo porque no quedaba otro remedio.
En todo caso es una batalla perdida los voluntarios tienen y han tenido la épica. La épica de los cuentos de hadas. Los que los medios nos cuentan para domir.
1 comentario:
Adelante!
Imagino te referías a la exposición rural.
Saludos! interesante página...
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