Hago teatro.
Me dicen que lo nuevo es lo mejor.
Pregunto:¿por qué? Nadie me da una respuesta convincente.
Me dicen que vea teatro del nuevo que soy un rancio. Y pregunto:¿esa máxima es valida para todo el arte?,¿Debemos leer y promocionar a Juan Manuel de Prada en lugar de a Cervantes? No saben que decirme. Tras pensar un poco me dicen que haga como Shakespeare y hable de las cosas de ahora.Pero -digo yo- si Shakespeare cogía temas de otra época, si situaba sus obras en países lejanos que no conocía.
Otra vez hubo un silencio.Ahora más incomodo. Alguien hablo de lo que suponía para el arte dramático la actitud contestataria de nuestro gran director Calixto Bieito, del que se habla tanto en Alemania.
Allí me callaron, si un director, escritor, pintor español es laureado en el extranjero, eso es incontestable, y si los alemanes, que son el extranjero pero en culto-rico, apoyan a Calixto ¿quienes somos nosotros para llevar la contra a los alemanes?.
No obstante pregunte :¿Qué alemanes? ¿Cuántos alemanes alaban a Calixto? Yo oí que le habían silbado en varios teatros. Da igual.
Es evidente, aunque en ningún sitio lo haya visto, aunque nadie me haya dicho en que periódicos ni en contexto se alaba a este ciudadano, basta para que alguien diga que un amigo suyo tiene un amigo que leyó que otro decía que había oído decir que un periódico alemán había puesto bien a Calixto para callarme. Me rindo, han triunfado.
Pero, añadí, con esa manía mía de crear problemas, bien, asumo que es un triunfador, pero eso de contestatario: ¿Cómo se puede ser contestatario y alternativo cuando trabajas a sueldo para la empresa más importante del teatro español? Una empresa que, curiosamente, tiene producciones, pero también gestiona teatros, es decir (que curioso) es cliente, y proveedor. Todo esto, muchas veces, con dinero público o con infraestructuras públicas o seudo-públicas que, a pesar de las ingentes mareas de funcionarios públicos, deben ser subcontratados a empresas privadas.
Cuando menos es extraño dije. Pero ya nadie me escuchaba.
Me dicen que lo nuevo es lo mejor.
Pregunto:¿por qué? Nadie me da una respuesta convincente.
Me dicen que vea teatro del nuevo que soy un rancio. Y pregunto:¿esa máxima es valida para todo el arte?,¿Debemos leer y promocionar a Juan Manuel de Prada en lugar de a Cervantes? No saben que decirme. Tras pensar un poco me dicen que haga como Shakespeare y hable de las cosas de ahora.Pero -digo yo- si Shakespeare cogía temas de otra época, si situaba sus obras en países lejanos que no conocía.
Otra vez hubo un silencio.Ahora más incomodo. Alguien hablo de lo que suponía para el arte dramático la actitud contestataria de nuestro gran director Calixto Bieito, del que se habla tanto en Alemania.
Allí me callaron, si un director, escritor, pintor español es laureado en el extranjero, eso es incontestable, y si los alemanes, que son el extranjero pero en culto-rico, apoyan a Calixto ¿quienes somos nosotros para llevar la contra a los alemanes?.
No obstante pregunte :¿Qué alemanes? ¿Cuántos alemanes alaban a Calixto? Yo oí que le habían silbado en varios teatros. Da igual.
Es evidente, aunque en ningún sitio lo haya visto, aunque nadie me haya dicho en que periódicos ni en contexto se alaba a este ciudadano, basta para que alguien diga que un amigo suyo tiene un amigo que leyó que otro decía que había oído decir que un periódico alemán había puesto bien a Calixto para callarme. Me rindo, han triunfado.
Pero, añadí, con esa manía mía de crear problemas, bien, asumo que es un triunfador, pero eso de contestatario: ¿Cómo se puede ser contestatario y alternativo cuando trabajas a sueldo para la empresa más importante del teatro español? Una empresa que, curiosamente, tiene producciones, pero también gestiona teatros, es decir (que curioso) es cliente, y proveedor. Todo esto, muchas veces, con dinero público o con infraestructuras públicas o seudo-públicas que, a pesar de las ingentes mareas de funcionarios públicos, deben ser subcontratados a empresas privadas.
Cuando menos es extraño dije. Pero ya nadie me escuchaba.
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