10/06/2008

El populacho (carnucismo implicito)


Viendo el telediario me viene a la cabeza. No hemos cambiado tanto. Como hace siglos por debajo de las empresas y sus encargados relaciones públicas (los políticos) allí, sumido en la misma ignorancia, tenemos: el populacho.
Veo el telediario. Este trozo de la parrilla televisiva es, sin duda, la más vista, de nuestra televisión. El telediario esta hecho por y para el populacho. Cuando comienzo a verlo ya esta empezado, así me evito las noticias sobre el desplome de la bolsa. Se trata de asustar al pobre hombre, a la familia hipotecada, con noticias que hablan de la ruina de empresas propiedad de millonarios. Millonarios que no van a dejar de serlo aunque sus empresas se desplomen. Se trata de asustar el populacho con cierres patronales, con despidos en masa, con terribles Apocalipsis que acaben justificando que el gobierno saque dinero de los fondos de “su” educación, “su” cultura o “su” sanidad, para ayudar a estos filántropos. A cambio de esta “ayuda” los millonarios (una vez aprovechada la confusión para recortar empleos y derechos) mantendrán en lo esencial el “status quo”. La televisión sigue a lo suyo. Son los pregoneros contemporáneos. El populacho también tiene clases, veo a unos pobres diablos en Galicia mariscando entre ratas. Recogen y venden marisco contaminado. Cuando se les pregunta contestan: “mejor esto que robar ¿no?”. Es obvio que el raciocinio de esta gente no esta muy lejos del de las ratas que los rodean. Mejor ¿Para quién? Para ellos, enfrentados a una pena más difusa que la del robo. Yo, desde luego, puesto a ser su victima, prefiero que me arrebaten la cartera a que me envenenen en un restaurante típico.
Pero, estos mariscadores gallegos sólo son la degeneración del populacho, el populacho es más decente, pero tiene la misma capacidad de raciocinio.
El telediario lo demuestra. Aparece una noticia que gusta mucho al populacho: una madre indignada clama contra una pescadería porque ha despedido a su hija. La chica quedó en coma por un accidente, la empresa la despide por no asistir al trabajo, el despido es improcedente (obviamente), la empresa lo sabe, es más barato pagar la indemnización que tener a la chica de alta en la ss tantísimos meses. El populacho se indigna azuzado por el presentador del telediario. Pero, el pescadero solo ha aplicado una ley que lleva más de veinte años de vigencia. En España tenemos 19 órganos legislativos (uno por cada comunidad autónoma y dos estatales) a los que no se les ha ocurrido cambiar esta ley. En el país de la subcontrata, donde los grandes bufetes al servicio de las multinacionales nos la pegan todos los días, el pobre pescadero debe ser honrado y además parecerlo. Lo dice el populacho.
Sigue el telediario. Ayer Eroski hizo una jornada solidaria y repartió “nosecuantos” kilos de alimentos entre los pobres. Por cada kilo de comida que destinaba el populacho a los pobres la cadena ponía un poco más. Estoy seguro que, además de estimular de una tacada la buena conciencia y el consumismo del populacho, eroski hizo negocio con el asunto. El populacho tiene una capacidad para tragarse las mentiras más burdas de forma asombrosa. Eroski tira todos los días toneladas de comida que podría dar a los pobres. No se la da le resulta más practico y barato tirarla.
En fin. El populacho no lo sabe. No lo sabe porque sus oráculos del telediario nunca van a hablar contra un buen patrocinador, lo harán contra la pescadería de la esquina pero nunca contra un buen patrocinador. El populacho esta para aguantar las tropelías. Vean el ejemplo de Coslada, el populacho aguanta sin decir nada, sin ir a los jueces a ese capitán de la policía que como un sheriff impone la ley por su pueblo. El populacho calla, pero cuando este es detenido, entonces si, entonces el populacho convertido ahora en turba envalentonada apedrea el coche del árbol caído. A buenas horas.
Acaba el telediario con algunas promociones. Es algo que ahora se lleva mucho. El populacho cree que el telediario es la verdad. ¿Dónde mejor hacer promociones? Si se quiere promocionar una película y nadie se cree ya los anuncios. ¿Por qué no trasformar el anuncio en noticia?. Esta película es buena, salió en el telediario –dirá luego el populacho-
Aquí cuela todo

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